THE KARDASHIAN TRILOGY

Una pregunta perfectamente razonable es: ¿por qué hicimos una trilogía de piezas que llevan el nombre de las hermanas Kardashian?

Una primera y breve respuesta sería la siguiente: por atender a una serie de encargos. 

Una segunda versión de la respuesta sería esta:

En definitiva, The Kardashian Trilogy es esto:

Todo empezó a finales de 2015 cuando nos invitaron a hacer una pieza con el Balé da Cidade de Palmas (Tocantins, Brasil), y decidimos llamarla Kim Kardashian. Después de estrenar en la primavera de 2016, bromeamos, vagamente, diciendo que si hiciéramos una secuela se llamaría Kim Gordon o Khloé Kardashian. En el verano de 2017 nos invitaron a hacer una pieza con los estudiantes de Teatro y Performance de Arden (Manchester, Reino Unido)… y nos decantamos por la segunda opción. Después de aquello, habiendo llegado tan lejos pensamos que si alguna vez íbamos a hacer Kourtney, la única forma en que podríamos cerrar la trilogía de un ballet y una obra de teatro convencional (Khloé es una versión de las Tres Hermanas de Chéjov) sería con una ópera… y… bueno, muy poco tiempo después nos invitaron por sorpresa a proponer algo para el Festival de Clásicos en Alcalá de Henares. Y ya estaría. A veces así es como suceden estas cosas.

Una segunda versión de la respuesta sería esta: las tres hermanas son una sinécdoque bastante clara de todo un frenesí de obsesiones y ansiedades del siglo XXI, de la confusión entre la ficción y lo real, lo público y lo privado. Una superficie de formalidad forzada y banalidad doméstica salpicada de abrumadoras oleadas de emoción; álbumes personales superpuestos hasta que se vuelven indistinguibles unos de otros; cuerpos reales y vivos que bailan con cuerpos voluntariamente transformados -meticulosamente, despiadadamente- en imagen pura, manipulada hasta el punto de volverse casi jeroglífica, como nuevos caracteres en un alfabeto que todavía no hemos aprendido a leer del todo.

En definitiva, The Kardashian Trilogy es esto: una especie de sueño o pesadilla en tres partes sobre la belleza, la historia, el exceso, el dinero, el arte, el aburrimiento y la felicidad, en la que vemos a una mujer transportando un enjambre de tiburones rosas que sobrevuelan un escenario lleno de billetes, a un hombre vestido de oso al que han disparado yaciendo muerto sobre un montón de nieve artificial, a dos mujeres envueltas en mantas de emergencia comiendo oro en la niebla… Tres espectáculos creados velozmente, casi por error, y luego representados sólo un puñado de veces.

Hay un libro (solo en inglés) que les sobrevive, y puedes encontrarlo aquí.